Akira Toriyama: lo que perdura en el arte no puede morir

Julián Santamaría

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Uno de los autores más importantes e influyentes del manga moderno se ha ido. Con destreza sin igual para construir historias y el talento indiscutible de un estilo de dibujo emblemático. Ahora recordamos el amplio trabajo de Akira Toriyama y el efecto que tiene la amplia obra de un artista en el mundo.

Por Julián Andrés Santamaría Hernández Estudiante de Licenciatura en Literatura, Univalle
Akira Toriyama (1955 – 2024), mangaka y diseñador de personajes japonés. Foto: larocknpop.com
Toriyama construiría una carrera como Mangaka ganando reconocimiento con Dr. Slump (1981), demostrando su habilidad para escribir comedia. Fue luego que, inspirado por el cine de artes marciales de Bruce Lee, Jackie Chan y un popurrí de íconos y tradiciones del folclore alrededor de todo el continente asiático, Toriyama le dio forma a Dragon Ball (1984). Lo que empezó como una aventura cómica de las aventuras de un niño con cola de mono, pronto se convertiría en lo que conocemos hoy como el modelo del Shonen moderno en el manga con Dragon Ball Z (1989). Y volvería, años después, para cautivar a una nueva generación con Dragon Ball Super (2015) hasta el día de hoy, retomando la historia con el material de Toriyama asistido por otros dibujantes. El último trabajo del autor permanece aún sin publicar con Dragon Ball Daima, la serie que se espera estrenar en octubre de 2024.
Un protagonista con corazón de acero y carisma infantil, contrastado con una monumental habilidad para la violencia por deporte, por ideal o para proteger a las personas que ama. Rivales a muerte en cada arco argumental que se convierten en camaradas de lucha. Duelos a muerte, villanos carismáticos, habilidades supernaturales que siempre deben pronunciarse en voz alta antes de ser usadas. Y por supuesto, transformaciones. Muchas transformaciones que aumentan la fuerza, la escala, el peso narrativo y el estilo de la historia. Todos estos y muchos otros tropos que hoy son casi clichés del anime y el manga fueron originalmente construidos y explotados por Toriyama en Dragon Ball. Estás estrategias estilísticas y narrativas se han convertido en los pasos a seguir para la progresión de la historia en el género Shonen, casi como El viaje del héroe lo es en otras obras.
Con Dragon Ball Z, Toriyama comenzaría a adaptar su estilo a uno más enfocado en escenarios de peleas épicas. Al dirigir la acción y movimiento a través del dibujo de forma fácil de seguir y de entender para todo tipo de lectores, construyó paneles en los que la acción fluye naturalmente con la historia. Muchas de estas decisiones de diseño y de escritura originales en su tiempo, ayudarían a la calidad y popularidad del manga. Esto se traduciría, posteriormente, a la televisión, lo que haría que las escenas más dinámicas fueran fáciles de traducir a un medio audiovisual.
A Toriyama se le atribuye una capacidad increíble para trasladar la historia de Dragon Ball Z de una estética a otra, conforme progresa la historia: desde la magia y lo sobrenatural mezclado con la estética futurista de Dragon Ball, hasta trasladarse a batallas contra ejércitos alienígenas bebiendo de la ciencia ficción en Dragon Ball Z, para luego tomar ideas del género de distopía futurista en la saga contra los androides con viajes en el tiempo. Toda esta multiplicidad de sub géneros jugando entre sí sin perder de vista aspectos importantes del anterior, introduciendo nuevos personajes que se sienten parte del mismo universo sin perder la credibilidad del espectador.

Desde un punto de vista más cercano, la televisión en los 90 y 2000 presentaba caricaturas cuyo enfoque era casi exclusivamente cómico. El contexto de la época era de un público infantil, acostumbrado a un acercamiento a la televisión mucho más inocente. Programas en los que la comedia era lo principal y la violencia era usada casi exclusivamente en función de la misma, como en Bob Esponja (1999)y Looney Tunes (1930), o censurada y adaptada al público, como en Batman: La Serie Animada (1992). Luego llegó Dragon Ball a llenar el vacío de la televisión de Occidente entre la televisión para niños y la televisión adulta, en donde la sangre, el dolor y la muerte hacen parte crucial de la historia.
La popularidad de Dragon Ball Z y su permanencia en el imaginario colectivo en toda América es uno de los más grandes factores por los cuales el anime es hoy, uno de los productos mediáticos más populares en el mundo. Esta influencia ayudaría a que otras obras como One Piece (1999), Naruto (2002) y Death Note (2006) tuvieran un público objetivo. El trabajo de Akira Toriyama ayudó a sentar las bases de lo que hoy es el fenómeno del manga y el anime en Occidente.
Akira Toriyama, creador de Dragon Ball. Foto: acciocine.es
Fuera del medio del manga y la televisión, el trabajo original de Toriyama pasaría a los vídeojuegos de rol. Tomando un papel fundamental en el diseño artístico de títulos como Blue Dragon (2006) y la saga de Dragon Quest (1986), cuya personalidad y encanto únicos del autor resaltan en cada título. Pero aquel por el cual es más recordado en el medio, por mucho, es Chrono Trigger (1995), considerado uno de los juegos de rol más importantes del mundo del videojuego.
El legado de Akira Toriyama es ahora mucho más que la colección de su trabajo, también es el fruto producto de este. Cientos de miles de dibujantes, diseñadores y artistas crecieron asombrados por sus personajes, la construcción de mundos y el encanto singular de sus obras. La influencia que Toriyama ha logrado establecer en el arte moderno será rastreada por generaciones. Nuestro trabajo es apreciar el esfuerzo y la dedicación que vino del material original y cómo va a perdurar con el tiempo.
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