Hambruna en Gaza: spanish linkedIn article

Mohanad

Mohanad Darawsheh

Entre el asedio y la indiferencia, más de dos millones de personas se enfrentan a una catástrofe humanitaria sin precedentes. La imagen ya es un arquetipo del apocalipsis humanitario de nuestro tiempo: una madre rebusca entre los escombros de un edificio bombardeado, no en busca de supervivientes, sino de algo que sus hijos puedan comer. Su rostro es un lienzo de agotamiento. Esta escena, multiplicada por cientos de miles, es la realidad diaria en la Franja de Gaza.
No se trata de un desastre natural. El 22 de agosto de 2025 marcó un momento trágico en la historia reciente: por primera vez, cuatro organismos de las Naciones Unidas—la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)—declararon oficialmente la hambruna en el territorio palestino. Esta es la primera hambruna formalmente declarada fuera del continente africano desde la creación del sistema IPC en 2004, un hito sombrío que expone el fracaso de los sistemas políticos y humanitarios globales.
La declaración se basa en el informe técnico de la Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (IPC), que confirmó el 15 de agosto de 2025 que más de medio millón de personas en la Gobernación de Gaza enfrentan condiciones catastróficas de Fase 5: inanición, indigencia extrema y muertes evitables.
Esta no es una tragedia inevitable; es el resultado predecible y prevenible de políticas y acciones bélicas que han desmantelado sistemáticamente la capacidad de una población para alimentarse. Es una catástrofe cuyas alarmas sonaron durante meses antes de que el mundo decidiera escuchar.
"La hambruna en Gaza no tiene que ver con la comida; es el colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana". — António Guterres, Secretario General de la ONU, vía Noticias ONU

La Dimensión de la Catástrofe: Cifras de una Crisis Extrema

Los datos del IPC, el estándar internacional para medir la inseguridad alimentaria, dibujan un panorama desolador. La hambruna (Fase 5) se declara cuando se cumplen tres umbrales críticos: al menos el 20% de la población sufre escasez extrema de alimentos, el 30% de los niños padece malnutrición aguda, y la tasa de mortalidad supera las dos muertes diarias por cada 10.000 personas. En Gaza, dos de estos tres umbrales ya han sido superados: la caída del consumo de alimentos y la malnutrición aguda.
Según el último informe, la distribución de la crisis alimentaria es la siguiente:
514.000 personas (24,5% de la población) se encuentran en situación de hambruna (Fase 5).
1,07 millones de personas (51% de la población) viven en emergencia alimentaria (Fase 4).
396.000 personas (20% de la población) enfrentan crisis alimentaria (Fase 3).
En total, más del 94% de la población de Gaza sufre algún grado de inseguridad alimentaria aguda. Los datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) revelan que más de una de cada tres personas (39%) pasa días enteros sin comer. La situación es tan grave que, según datos de Naciones Unidas, los gazatíes consumen hoy menos calorías diarias de las que recibían los prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz.
Las proyecciones indican que la situación empeorará dramáticamente, con la hambruna expandiéndose desde la Gobernación de Gaza hacia las de Deir Al Balah y Khan Younis para finales de septiembre de 2025. Se estima que para entonces, 641.000 personas estarán en situación de hambruna.

El Rostro Humano de la Tragedia: Voces desde el Abismo

Detrás de cada estadística hay un ser humano. Los testimonios recogidos por organizaciones en el terreno revelan la profundidad del sufrimiento. Son relatos de madres, hijos, médicos y trabajadores humanitarios que luchan por sobrevivir en un entorno donde la comida se ha convertido en un anhelo inalcanzable.
La madre Hedaia sostiene a su hijo Mohamed, de 18 meses, visiblemente demacrado. Antes de la guerra, "era un niño sano cuando había suficiente comida", relata; hoy, carece de leche, pañales y alimentos básicos (WFP).
Basma, otra madre, cuenta cómo su bebé "bebe agua en lugar de leche de fórmula" porque no hay nada más. Su familia se salta comidas y arriesga todo para buscar alimento, a menudo volviendo con las manos vacías. "Anhelamos verduras, frutas… anhelamos todo", confiesa (WFP).
"Hemos pasado de preocuparnos por qué cocinar a preocuparnos por si comeremos. Mis hijos lloran de hambre. Hemos molido pienso para animales para hacer una especie de pan. Es lo único que hay." — Madre en Jabalia (Testimonios similares documentados por Oxfam y Save the Children)
El impacto en los niños y jóvenes es especialmente cruel. Ahmed Al-Batniji, de 17 años, mostraba sus brazos esqueléticos antes de fallecer: "Solo he comido arroz... Todos los días siento dolor. Es una vida amarga". Horas después de que su testimonio fuera publicado, Ahmed murió.
El trauma psicológico es tan profundo que, según un trabajador de apoyo psicosocial, "los niños le dicen a sus padres que desean ir al cielo, porque al menos allí hay comida".
Un médico en un hospital de campaña relata: "Ya no tratamos solo heridas de guerra. Tratamos los cuerpos esqueléticos de niños que llegan sin fuerzas para llorar. Mueren en silencio por falta de alimentos terapéuticos".

Las Raíces de la Crisis: Crónica de una Hambruna Anunciada

La catástrofe actual no surgió de la noche a la mañana. Sus semillas se sembraron mucho antes de la escalada del conflicto en octubre de 2023. Desde junio de 2007, Israel impuso un bloqueo por tierra, mar y aire sobre la Franja de Gaza. Human Rights Watch ya comparaba las condiciones con "una prisión al aire libre", y el Comité Internacional de la Cruz Roja consideró el bloqueo ilegal, denunciando que violaba la Convención de Ginebra.
El impacto económico ha sido catastrófico. El Banco Mundial estimó en 2015 que las pérdidas del PIB causadas por el bloqueo desde 2007 superaban el 50%. El sector manufacturero de Gaza se redujo hasta en un 60% en términos reales, y las exportaciones de Gaza prácticamente desaparecieron desde la imposición del bloqueo.
El Colapso del Sistema de Ayuda Humanitaria
La crisis actual se ha agravado por el bloqueo total de la ayuda humanitaria impuesto por Israel desde marzo de 2025. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Israel decretó la prohibición de la entrada de cualquier tipo de ayuda humanitaria el 2 de marzo de 2025, incluyendo alimentos y bebida.
Las cifras del bloqueo son escalofriantes. Mientras que se necesitan mínimo 600 camiones diarios para abastecer a una población de dos millones de personas, las distribuciones de ayuda autorizadas promedian apenas 28 camiones diarios. Sandra Rasheed, directora nacional de American Near East Refugee Aid (Anera), denuncia que "tenemos más de 7 millones de dólares en ayuda en la frontera esperando para entrar".
Más de 116.000 toneladas métricas de alimentos, suficientes para atender a un millón de personas durante cuatro meses, permanecen retenidas en los corredores de ayuda. Según un informe conjunto de quince organizaciones humanitarias, Israel está bloqueando el 83% de la comida enviada a la Franja de Gaza.
Este cerco prolongado asfixió la economía y devastó la infraestructura local. Antes de la guerra en 2023, un asombroso 80% de la población ya dependía de la ayuda internacional para sobrevivir, según la UNRWA. Con la escalada bélica, la situación colapsó:
Producción local aniquilada: Más del 98% de las tierras de cultivo han quedado dañadas o inaccesibles. La agricultura y la pesca, fuentes tradicionales de alimento, fueron completamente interrumpidas.
Cadena de suministro destruida: Los 25 hornos de panadería apoyados por el PMA cerraron al agotarse la harina y el combustible.
Sistemas de alerta ignorados: Las advertencias sobre el riesgo de hambruna comenzaron en marzo de 2024, proporcionando a la comunidad internacional más de un año de aviso. Sin embargo, estas alertas tempranas no se tradujeron en acciones preventivas efectivas.
La crisis humanitaria se ve agravada por un desplazamiento masivo sin precedentes. La población está concentrada en solo el 12% del territorio de Gaza, viviendo en condiciones inhumanas en edificios dañados, campamentos superpoblados y espacios abiertos.
Según UNRWA, nueve de cada diez viviendas han sido destruidas o dañadas, y el 96% de los hogares informaron haber experimentado inseguridad hídrica. La combinación de hacinamiento extremo, falta de agua potable y el colapso de los sistemas de saneamiento crea un caldo de cultivo perfecto para la propagación de enfermedades, que son especialmente letales en una población debilitada por la desnutrición.
Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han sostenido que el hambre se está utilizando como un arma de guerra, lo que constituye un crimen de guerra.

El Hambre como Arma de Guerra: Implicaciones en el Derecho Internacional

La hambruna en Gaza no es un daño colateral, sino el resultado de una política deliberada. El derecho a la alimentación, reconocido como un derecho humano fundamental, está siendo violado de manera sistemática y a escala masiva.
Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional han sostenido que el hambre se está utilizando como un arma de guerra, lo que constituye un crimen de guerra.
Esta perspectiva tiene profundas implicaciones en el derecho internacional humanitario:
Violación de los Convenios de Ginebra: Estos tratados establecen obligaciones claras para la protección de civiles, incluyendo la prohibición de usar el hambre como método de guerra y la obligación de permitir el paso libre de suministros humanitarios.
Crimen de Guerra según el Estatuto de Roma: El estatuto de la Corte Penal Internacional incluye explícitamente el uso del hambre contra la población civil como un crimen de guerra. La documentación sistemática de las condiciones en Gaza podría tener consecuencias legales para los individuos y entidades responsables de impedir el acceso a la ayuda.
El bloqueo de la ayuda es la evidencia más clara. Mientras se necesitan un mínimo de 600 camiones diarios, el promedio de distribuciones autorizadas es de apenas 28. La conclusión de la ONU es inequívoca: "esta hambruna es completamente provocada por el hombre y puede detenerse y revertirse".

Un Precedente Histórico: Una Hambruna Única en el Siglo XXI

La confirmación de hambruna en Gaza marca un precedente significativo. Es la primera vez que se declara oficialmente en un territorio tan densamente poblado y geográficamente compacto, presentando desafíos únicos para la respuesta humanitaria internacional.
A diferencia de las hambrunas en Somalia (2011), que causó más de 260.000 muertes en un contexto de sequía y colapso estatal, o en Sudán del Sur (2017), resultado de años de guerra civil, la crisis de Gaza presenta características distintivas:
Bloqueo artificial: La escasez resulta de restricciones israelíes en el acceso de alimentos, con suministros acumulándose en las fronteras sin poder ingresar al territorio.
Genocidio deliberado: La hambruna no es un hecho aislado, sino que se superpone a una campaña militar de bombardeos sistemáticos y una matanza de civiles a gran escala. La población se enfrenta simultáneamente a la inanición y a la violencia directa, en medio de la destrucción deliberada de infraestructuras vitales como hospitales, escuelas y redes de agua, componiendo una catástrofe humanitaria en múltiples frentes.
Población urbana: Afecta a una población previamente integrada en sistemas alimentarios modernos.
Territorio pequeño y denso: Complica la distribución de ayuda y aumenta la vulnerabilidad.
Rápida evolución: La crisis se desarrolló en meses, en comparación con hambrunas que suelen evolucionar durante años.

Una Responsabilidad Global y un Llamado Urgente a la Acción

La respuesta internacional ha sido criticada por su ineficacia. Los lanzamientos aéreos de ayuda humanitaria han sido calificados por UNRWA como una ineficiente cortina de humo. Médicos Sin Fronteras añade que este sistema pone en riesgo a la población.
La situación en Gaza no es solo una crisis regional; es una crisis de la humanidad entera. La responsabilidad de prevenir y abordar la hambruna no recae únicamente en las partes cercanas a la zona, sino también en la comunidad internacional más amplia, que tiene la obligación de tomar todas las medidas posibles para prevenir crímenes contra la humanidad.
La capacidad del mundo para responder a esta hambruna será evaluada por la historia y tendrá implicaciones duraderas para la credibilidad de los sistemas humanitarios globales. La declaración de hambruna no es un punto final, sino un punto de inflexión. Representa tanto el fracaso de los sistemas existentes como una oportunidad para demostrar que la solidaridad humana puede prevalecer sobre la indiferencia política.
"Niños, niñas y bebés visiblemente demacrados están muriendo de desnutrición en Gaza. Necesitamos un acceso humanitario inmediato, seguro y sin obstáculos." — Catherine Russell, Directora de UNICEF, vía UNICEF España
La única solución viable es parar este genocidio inmediatamente y un acceso humanitario completo y sin restricciones. La pregunta ahora es si la comunidad internacional tendrá la voluntad política para convertir la preocupación en acciones que salven vidas, o si está, la hambruna oficialmente declarada, quedará como un trágico recordatorio de las consecuencias de la inacción colectiva.
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Posted Dec 1, 2025

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Timeline

Aug 15, 2025 - Aug 22, 2025