Quizás hay detractores que se dedicaron a achacarle frialdad a su obra, a la reducción de su artificio, un juego mental, mas no sabían lo cimero de su proeza, la fusión de los géneros, la sensible inteligencia que era dueño, su tremenda concisión, insondable imaginación, su ajedrezado manejo de las ideas, su poética crepuscular y elegíaca, que rescataba la poesía misma.