[  EN  ]

In the heart of Calella de Palafrugell, where the sea caresses the stones and recipes are inherited like treasures, KROK is born: a homemade croquettes shop that combines flavour, tradition and territory.

[  ES  ] En el corazón de Calella de Palafrugell, donde el mar acaricia las piedras y las recetas se heredan como tesoros, nace KROK: una tienda de croquetas caseras que une sabor, tradición y territorio.

[  EN  ]

KROK is the tribute of Antonia's grandson, a French cook with wise hands and recipes with memory. Her grandson has rescued the family formula to share it with the world, keeping the essence of his grandmother alive in every bite.

KROK's croquettes are handmade, with care and without haste, just as they were made in the old days. They are made with fresh ingredients from the sea and the land, with a French essence and surrounded by the Costa Brava: from cuttlefish, prawns and cod to spinach, mushrooms and pumpkin. Each flavour is a piece of the landscape, a local story wrapped in a crunchy layer.

Flavours that crackle, emotions that last. The name KROK comes from the sound that makes us smile at the first bite, but also from that familiar and warm gesture that evokes a shared table. Here, to eat is to remember.

The space, intimate and with the aroma of real cooking, invites you to approach, taste and take a little piece of home with you in a box. Ideal for sharing on the beach, on a sunset stroll or around a table in good company.

[  ES  ]

KROK es el homenaje del nieto de Antonia, una cocinera francesa de manos sabias y recetas con memoria. Su nieto ha rescatado la fórmula familiar para compartirla con el mundo, manteniendo viva la esencia de su abuela en cada bocado.

Las croquetas de KROK son hechas a mano, con mimo y sin prisas, como se hacía antes. Con ingredientes frescos del mar y de la tierra con esencia francesa y rodeadas de la Costa Brava: desde sepia, gambas o bacalao hasta espinacas, setas o calabaza. Cada sabor es un pedacito del paisaje, una historia local envuelta en una capa crujiente.

Sabores que crujen, emociones que perduran. El nombre KROK nace del sonido que nos hace sonreír al primer mordisco, pero también de ese gesto familiar y cálido que evoca una mesa compartida. Aquí, comer es recordar.

El espacio, íntimo y con aroma a cocina de verdad, invita a acercarse, probar y llevarse un pedacito de casa en una caja. Ideal para compartir en la playa, en un paseo al atardecer o alrededor de una mesa en buena compañía.

[  EN  ]

An identity that illustrates memory: KROK's visual universe is as endearing as it is tasty. With a vibrant and colourful identity, the design combines:

Mediterranean tones: deep blues, greens, oranges, yellows...

Handmade illustrations, inspired by the grandson's childhood memories with his grandmother and the ingredients of the tastiest croquettes.

Undulating, organic and playful shapes that evoke the swaying of the sea, the smoke of a hot dish and the soft texture inside each krok.

This identity turns each pack, poster or label into a fragment of history, a window to the past narrated with freshness. KROK excites before it bites.

As tasty as it is functional, as beautiful as it is nostalgic: At KROK, every detail counts. From the recipe to the way it is presented, everything is designed to make the experience complete, authentic and delicious.

The packs of 6 and 12 croquettes are designed with care and functionality. An internal grid with individual dividers protects each krok as if it were a small homemade jewel, keeping them intact, warm and appetising both at the point of sale and in delivery format.

Natural and close to nature. The packaging is made of kraft cardboard, resistant and recyclable, with an artisan feel that exudes sustainability and tradition. In addition, each croquette has a little pinned flag indicating its flavour. It's perfect for sharing; whether it's to take home, to work or to a picnic by the sea, the packaging invites you to open it and start sharing.

The result is an experience that is not limited to taste: you can see it, touch it, smell it and remember it. KROK not only feeds, it also tells stories. Of the sea, of the land, of grandmothers who cook slowly and grandchildren who do not forget.

[  ES  ]

Una identidad que ilustra la memoria: El universo visual de KROK es tan entrañable como sabroso. Con una identidad vibrante y llena de color, el diseño combina:

Tonos mediterráneos: azules profundos, verdes, naranjas, amarillos... Ilustraciones hechas a mano, inspiradas en los recuerdos de infancia del nieto con su abuela y los ingredientes de las croquetas más sabrosas. Formas ondulantes, orgánicas y juguetonas que evocan el vaivén del mar, el humo de un plato caliente y la textura suave por dentro de cada krok.

Esta identidad convierte cada pack, cartel o etiqueta en un fragmento de historia, en una ventana al pasado narrada con frescura. KROK emociona antes de morder.

Tan sabroso como funcional, tan bonito como nostálgico: En KROK, cada detalle cuenta. Desde la receta hasta la forma de presentarla, todo está pensado para que la experiencia sea completa, auténtica y deliciosa.

Los packs de 6 y 12 croquetas están diseñados con cariño y funcionalidad. Una cuadrícula interna con separadores individuales protege cada krok como si fuera una pequeña joya casera, manteniéndolos intactos, calientes y apetecibles tanto en el punto de venta como en formato delivery.

Material natural y cercano. Los envases son de cartón kraft, resistentes y reciclables, con un aire artesanal que respira sostenibilidad y tradición. Además, cada croqueta lleva una banderita pinchada que indica su sabor. Es perfecto para compartir; ya sea para llevar a casa, al trabajo o a un picnic junto al mar, el packaging invita a abrirlo y empezar a compartir.

El resultado es una experiencia que no se limita al gusto: se ve, se toca, se huele y se recuerda. KROK no solo alimenta, también cuenta historias. De mar, de tierra, de abuelas que cocinan lento y nietos que no olvidan.